Un cálculo erróneo.

Es noche cerrada y llueve copiosamente, pero no me importa, dejo que la lluvia empape mi pelo y resbale formando regueros sobre mi rostro. Corro, no para mojarme menos, sino para alcanzarlo justo antes de que se meta en el coche. Lo agarro por un brazo. -Supongo que no se ha fijado en que este parking es para motos, ¿verdad? El tipo titubea un momento. -Ehh, no…disculpe, pero es que no se ven bien las marcas. No le suelto. De hecho, aumento ligeramente la presión sobre su brazo. -Pues yo creo que sí lo sabía. Yo creo que hizo un cálculo y no le salió bien. Es un hombre de unos 35 años, fuerte, con aspecto deportivo. Veo cómo la duda deja rápidamente paso a una expresión de resolución, quizás incluso de furia, y pienso que sólo es un pobre tipo que ha tenido mala suerte. -Ya le he pedido disculpas. ¡Ahora suélteme! Lo sujeto todavía con más fuerza. Clavo mi mirada en sus ojos. Él no podrá verla, pero sé que aún así podrá sentirla en toda su frialdad, en su completa...