Las 7 señales del médico blandengue.

Don Camilo enumeraba 9 señales para identificar a los hijosputa en su novela “Mazurca par dos muertos”: el pelo ralo, la frente hundida, la cara pálida, la barba por parroquias, las manos blandas, húmedas y frías, el mirar huido, la voz de flauta, el pijo flácido y doméstico y la avaricia. Fabián Minguela, el Moucho, el asesino del famoso relato, tenía las nueve señales del hijoputa. Ahora que me fijo, llevo resignadamente alguna de estas marcas, pero no pienso especificar cuál o cuáles (no, esa de momento, no). Sin embargo, me avergonzaría lucir alguna de las marcas del médico blandengue: 1. Evitación. El médico blandengue hará lo posible por huir del paciente en medida de sus posibilidades. Una estrategia habitual es refugiarse en las técnicas diagnósticas y terapéuticas (ecografía, endoscopia, hemodinámica, etc). Se trata de evitar un contacto íntimo con las preocupaciones y con el sufrimiento de los enfermos. Una frase habitual en este contexto es “ya ...