Entradas

Mostrando entradas de abril, 2024

En cualquier fiesta…

Imagen
  No recuerdo exactamente cómo y cuando lo conocí. Pero sí que fue cuando los dos empezamos la carrera de medicina…en la facultad o en cualquier fiesta, qué más da. Creo que a los 18 años todos éramos parecidos, queríamos divertirnos, salir con chicas y todavía no pensábamos seriamente en el futuro, estudiábamos para aprobar. Las diferencias se acentúan con la edad, con la manera en cómo lo que cada persona ha vivido (relaciones, hijos, trabajos o desgracias) determina su ánimo, preferencias o valores. Y el tiempo acentuó nuestras diferencias sin hacer mella en el mutuo afecto y respeto. Nunca cruzamos una línea roja. Miro hacia atrás y puedo reconocer en él rasgos que me agradaban (su natural alegría, su sociabilidad, su curiosidad por aprender, la bondad…) y también otros que me irritaban. Nunca compartí con él su inclinación por eso que llaman “la estética del perdedor”. Él encontraba algo admirable en personajes literarios o cinematográficos que hacían poco por escapar de ...

De la conversación como un arte.

Imagen
  Son muchos los textos que se han ocupado de la conversación como una actividad humana específica y esencial. En la Grecia clásica era una disciplina que se cultivaba con esmero y grandes pensadores, como Sócrates, o el mismo Platón en el Banquete (en la República prohibía este ejercicio a espíritus ineptos y mal nacidos), decidieron transmitir sus conocimientos en forma de diálogo. Guardo especial querencia por el ensayo de Montaigne.  “El más fructífero y natural ejercicio de nuestro espíritu es, a mi modo de ver, la conversación: encuentro su práctica más agradable que ninguna otra acción de nuestra vida, por lo cual, si yo ahora me viera en la necesidad de elegir, concedería perder la vista antes que el oído o el habla.”. Y creo que mi aprecio nace de la autocrítica a la que el mismo autor se somete. “Es la estupidez una característica detestable, pero no poderla soportar, e irritarse y consumirse por ella, como a mí me ocurre, constituye otra suerte de enfermedad, que ...

Sólo acierto cuando me equivoco.

Imagen
  Acostumbro a mirar la historia de mis pacientes antes de entrar a verlos. Con detalle, desde los antecedentes, las pruebas realizadas, las visitas previas al hospital o centros de salud. Revisé cuidadosamente la historia del paciente de la 22-1, un varón de 72 años con numerosas comorbilidades y citas con diferentes especialidades. Sin embargo, el diagnóstico actual era claro, tenía una embolia pulmonar.   Cuando crucé la puerta de la habitación, pude observar a simple vista que estaba grave: una frecuencia respiratoria mayor de 30, uso de la musculatura respiratoria accesoria. La pregunté a la enfermera cuál era su tensión arterial sistólica…nueve, justita. Lo exploré, comprobé que necesitaba oxígeno al 35% para mantener una SaO2 del 90% y volví al ordenador para prescribir el tratamiento. Cuando vi el que había dejado el residente de guardia, lo maldije en silencio. Lo de siempre, un corticoide, broncodilatadores, antibióticos… ¡y no había ordenado la anticoagulación! Camb...