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Mostrando entradas de marzo, 2020

Crónicas del coronavirus (6).

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Hoy participé en una teleconferencia internacional en la que había “ponentes” de China, Alemania, Italia, Francia y España (un compañero y amigo de Madrid y yo mismo). Se trataba de que cada país contase de una forma resumida la experiencia acumulada durante la pandemia y que los colegas de China actuasen como consultores. La convocatoria tuvo una gran aceptación y fue seguida por miles de personas en todo el mundo, pero debo decir que no me he quedado con ningún mensaje que me ayude a resolver las dudas que me plantea el tratamiento de la neumonía por coronavirus. O los chinos no saben las respuestas, o se las guardan para consolidar su incipiente primacía mundial. Como siempre he tenido buena opinión de los científicos (excluyo al infame Dr Simón de este noble oficio), prefiero quedarme con la primera opción. Sin embargo, sí fue interesante la respuesta que me dio off the record el médico alemán (que es el presidente de la Sociedad Europea de Patología Respiratoria) sobre la ...

Crónicas del coronavirus (5).

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Mientras el número de casos y de muertos sigue aumentando, leo en los periódicos (y me lo confirma algún compañero del hospital de Vigo) que han destituido a la jefa de servicio de Cirugía Plástica del hospital Álvaro Cunqueiro por publicar en las redes sociales un mensaje en el que se quejaba de que el equipo directivo le hubiese prohibido el uso de mascarillas quirúrgicas durante la atención de sus pacientes. Pienso que la destitución es justa, y lo es por dos motivos. El primero es que, en una situación de escasez de material de protección, la dirección del hospital debe canalizarlo hacia las actividades clínicas en las que el contagio es más probable, la primera línea de atención de los pacientes, y es evidente que la Cirugía Plástica no está en esa situación. La segunda razón es que cuando se discuten las órdenes de los que están al mando, se debe hacer de puertas a dentro, porque de lo contrario se genera desconfianza en la población general y, lo que es peor, en el personal ...

Crónicas del coronavirus (4)

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Atiendo a los pacientes en una planta donde se trata, en medida de lo posible, de garantizar la máxima seguridad para el personal sanitario. No podemos permitirnos perder efectivos, la batalla está apenas empezando. Los enfermos están solos, asustados, recluidos en habitaciones individuales sin el consuelo de familiares o acompañantes. Siento lástima, porque sé que algunas personas están muriendo en muchos hospitales en estas condiciones, sin que haya un ser querido “cierre sus párpados”, el más desolador de los finales para los héroes de la Ilíada. Procuro tranquilizarlos en medida de lo posible, les aseguro que se van a curar y que la semana que viene estarán en su casa, e intento transmitir una seguridad que estoy lejos de sentir. Camino por ese pasillo desierto pasando la visita y me cruzo con alguna enfermera y auxiliar. En ese lugar desolado, enfundados en equipos que nos hace irreconocibles, intercambiamos frases cercanas, personales, que hasta ahora no habíamos sentido la ...

Crónicas del coronavirus (3).

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Ya que no puedo hacer mucho más, me relajo cuando llego casa y escribo algunas frases que me ayudan a pensar con calma en todo lo que estamos viviendo. La situación en mi hospital está todavía controlada, el número de pacientes no es excesivo (tanto en la UCI como en la planta) y tengo a la mitad del batallón “en la reserva” por si acaso vamos cayendo los que entramos en la primera oleada. Los casos que tenemos hasta la fecha proceden casi en su totalidad del éxodo madrileño y de desafortunadas excursiones del IMSERSO, aún es posible trazar la procedencia del virus. Y voy conociendo un poco mejor a nuestro pequeño-gran enemigo. Causa una neumonía cuya gravedad es apenas perceptible a simple vista, hay que fijarse detenidamente en el paciente para apreciar que la frecuencia respiratoria es mayor de 30 por minuto (lo normal es sobre 16), una respiración superficial, no trabajosa, que se acompaña de crepitantes muy finos en la auscultación pulmonar y una disminución de la oxigenación ...

Crónicas del coronavirus (2).

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Repaso mentalmente todos los pasos, un solo fallo puede tener graves consecuencias. La bata, después las gafas, el gorro y por último los guantes. A mi lado hay una enfermera para comprobar que no me equivoco (nunca serán lo suficientemente valoradas). Repaso con ella todo lo que tengo que hacer en la habitación, si me olvido de algo habrá que entrar de nuevo y eso supone una exposición innecesaria. Entro. Allí está M, una mujer de edad. Se contagió en un viaje del IMSERSO con su marido. Está nerviosa y es lógico. Aislada de todos los suyos, consciente de tener una enfermedad que causa pánico. Me presento y la tranquilizo. Le digo que en pocos días estará curada y de vuelta con su familia, que no está grave (con un simple vistazo veo que su frecuencia respiratoria es normal, que no utiliza musculatura respiratoria accesoria). Le pregunto sobre su vida, dónde nació, dónde vivió, cuando se casó. Solloza, me cuenta que lleva más de 50 años casada y le digo que si ha sido capaz de pode...

Crónicas del coronavirus (1).

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El presidente dijo una frase que resume el enorme fracaso de España como país en esta crisis: “todas las decisiones y acciones adoptadas a este respecto se regirán como hasta ahora por los criterios de rigor científico, proporcionalidad y graduación…”. Es decir, la estrategia ha sido ir POR DETRÁS, cuando lo único que ha funcionado es ir POR DELANTE. Tuvimos una oportunidad para aprender de lo ocurrido en otros países y la hemos desperdiciado. Si alguien tiene la paciencia de comprobarlo, podrá leer la explicación de lo que digo en este artículo de alguien que, por cierto, no es médico: https://medium.com/tomas-pueyo/coronavirus-por-qu%C3%A9-debemos-actuar-ya-93079c61e200 . La mortalidad de esta enfermedad oscila entre el 0,5 y el 5%. Algunos países (Corea, Singapur, Japón) se acercan al límite bajo del rango. Las cifras en España retratarán con exactitud el comportamiento ante este desastre sanitario. Hace unos días escribí que no es el momento de criticar, sino de sumar esfuerz...

Imperativos categóricos: el sentidiño.

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El sentidiño no es más que una forma muy gallega de hacer referencia al sentido común, es un equivalente del “seny” catalán. Se invoca en situaciones de incertidumbre, en las que no hay una clara línea de actuación entre varias posibles, o bien en aquellas en las que pueda existir un riesgo de cualquier tipo (físico, económico, emocional…). Es una forma abreviada de decir “cuidado, no perdamos la cabeza, optemos por lo más sensato”. Es una postura conservadora que cuadra bastante bien con el tópico gallego. Y dicho así, no hay muchas pegas que oponerle. Pero situémonos en un marco concreto. Una reunión en la que un grupo de médicos están discutiendo los criterios que deben regir la petición de una prueba para diagnosticar una enfermedad vírica en un contexto de gran demanda asistencial. Un especialista manifiesta una opinión, otro la rebate o la puntualiza… se plantea una discusión con argumentos a favor o en contra y en medio del barullo alguien dice: -Ya está bien. Tengamos ...

Contra la “blandenguería médica”.

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Ser médico es estudiar una carrera larga y dura, hacer durante 4 ó 5 años una especialidad cobrando un suelo ridículo, no tener estabilidad laboral hasta una edad avanzada, hacer guardias de diario y de festivo teniendo que trabajar al día siguiente en muchas ocasiones, cobrar un sueldo por debajo del nivel de responsabilidad, estudiar fuera de los horarios de trabajo, viajar los fines de semana a reuniones y congresos para tener un adecuado nivel de formación, lidiar con el sufrimiento de las personas sabiendo que a muchos no podremos ofrecerles la curación, ponerse la bata blanca y estar a la altura de lo que se nos exige aunque sea el peor día de tu vida, pedir medios para hacer mejor el trabajo en una situación de escasez de recursos, llevarse a casa la preocupación por un caso complicado, tomar decisiones graves y rápidas sin derecho a la equivocación. Según lo expuesto, ser médico podría parecer una mierda, sí, pero es el mejor oficio del mundo para muchos de nosotros. No hay...